
Lo peor que te puede pasar al despertar no es encontrarte con una discapacidad del 99%, tullido de cuello para abajo, tetrapléjico y con respiración asistida, pudiendo a duras penas mover la última falange del dedo índice izquierdo;
… ni lo es no poder respirar, porque una máquina infernal lo hace por ti, hinchando y vaciándote los pulmones por un boquete abierto en tu garganta, a su ritmo, implacable, negándote incluso el derecho a suspirar;
… ni sentir a todas horas este intenso calambre en todo tu cuerpo, como si estuvieras en un congelador, conectado a 220 voltios y una corriente de aceite hirviendo fluyera por tus huesos, mientras un enjambre de avispas rabiosas celebran un eterno banquete con tu médula; este maldito dolor neuropàtico que no merma ni siquiera cuando duermes, sumiéndote en insoportables pesadillas donde tu cuerpo es abducido por una extraña criatura eléctrica que vive en el techo de la sala donde te mantienen con vida;
.. ni tener que comunicarte cerrando los ojos, una vez para decir sí, dos para decir no, mientras tu interlocutor te señala las letras del alfabeto sobre una hoja de papel;
… ni siquiera intentar llorar y gritar con todas tus fuerzas… solo… a oscuras y no poder oír tu propia voz… porque ya no tienes; sólo las máquinas que mantienen tu cuerpo con vida.
Lo peor que te puede pasar al despertar es que te digan que todo esto será así para siempre.
4 comments
Siempre te adoro como eres y como aguantas tu destino… es tan impresionante … aunque nosotros que tenemos la suerte de no tener este destino solamente estamos capaz de imaginar un poco de lo que estas aguantando tu hace 5 años ya. Supongo se puede “sobrevivir” solamente descontando la mente a veces como dices tu. Escribir te ayuda, por favor sigue con esto…nosotros lo leemos
Un abrazo fuerte
Petra
Una admiración increíble hacia ti y tantas personas que en este momento están igual que tú,no todo el mundo es capaz de hablar y escribir de esa manera…Tan directa tan clara y que no deja lugar a la duda del momento tan duro vivido,solo decirte que eres un ejemplo de superación y que no te rindas nunca.Te mando muchos besos y abrazos desde la distancia en km pero a tu lado en el pensamiento.
Leo este escrito y lo visualizo con imágenes a color, lo siento, percibo la impotencia humana, la incertidumbre, el miedo, el dolor, el alma quizá levitando en algún lugar de ese “comienzo” para proteger la mente de tan impactante hecho… Lo vivo por segundos de algún modo, en la lectura. El contenido es desgarrador en tanto nos confronta con nuestro propio existencialismo a través de quien tuvo la misión de vivirlo, el heroísmo y coraje de atravesarlo y la estoica labor de continuar en pie de lucha para poder contarlo.
El desarrollo del escrito.. Algo tan surreal y difícil de explicar, es narrado con tal precisión que le permite a la mente disgregarse en esas palabras que inquietan el alma con esa pregunta que parece provenir del infinito … “Que puede ser peor?”… Y si, ese último párrafo nos otorga la respuesta, como un dardo al centro de la razón.
Rafel, gracias por tus escritos, todos.
Gracias a ti, Sandra, por un comentario tan sentido y con tanto sentido. “… el alma quizá levitando en algún lugar de ese ‘comienzo’ para proteger la mente de tan impactante hecho.”. ¡¿Estabas ahí, acaso?!
Dices bien, Sandra; has dado en el clavo. Tuve que aprender a desconectarme de mi cuerpo; enviar a pasear mi espíritu para salvar mi mente de la locura. Me acordé mucho de “Mar Adentro”; de los viajes de Ramón Sampedro sobrevolando los paisajes de sus días en el Edén y aprendí a hacer algo parecido. Pasé tanto tiempo con los ojos cerrados que me costó trabajo recuperar la musculatura de los párpados. Aún hoy suelo escaparme a menudo y tomo un vuelo a mi edén.
Será un placer seguir escribiendo para ti, ahora que sé que me lees.
Salud y coraje, Sandra.